De la esencia de la empresa
About company´s essence
Sneyder
García-Jiménez*
* Abogado de la Universidad Externado de Colombia,
Master en Dirección
y Gerencia de Empresas
de la Universidad Colegio Mayor de Nuestra
Señora del Rosario, Magister en Dirección
de Empresas Internacional del Foro Europeo, Escuela de Negocios
de Navarra, España. Programa de Doctorado
en Derecho y Ciencias
Políticas, Universidad de Barcelona, España. e-mail:
sneyderg@yahoo.com
Fecha de recibido: Septiembre
24, 2013 Fecha de aprobación: Octubre 31, 2013 DOI: http://dx.doi.org/10.18636/riutch.v33i1%20Ene-Jun.419
Resumen
Desde hace un tiempo que se viene aplicando el método
fenomenológico a distintas áreas que se extienden
más allá de la filosofía en que nació, se ha aplicado a la literatura, la psicología, la psiquiatría, la economía y otras ciencias; ahora, pretendemos evaluar la posibilidad de aplicarlo a la administración de empresas, determinar la viabilidad de tal ejercicio y evaluar sus frutos, con miras a establecer su utilidad práctica.
Palabras clave:
Esencia, Esencia de
la empresa, Espíritu, Fenomenología empresarial, Método fenomenológico.
Abstract
For a while the phenomenological method has been applied
to different areas that extend beyond philosophy where here it´s born, has been applied to literature, psychology, psychiatry, economics and other science;
now we intend to evaluate the
possibility of apply to business administration, determine
the feasibility of such an
exercise and evaluate
the benefits of this exercise, in order to establish his practical utility.
Keywords: Company´s phenomenology, Company´s essence,
Essence, Spirit, Phenomenological method.
Introducción
El siguiente trabajo se
inscribe dentro de un
proyecto mayor de
reciente iniciación, dónde se abordan como ejes centrales los procesos de surgimiento y desarrollo, con el fin de determinar una posible esencia
en la empresa.
El
objetivo de este escrito está centrado en el análisis de la empresa, desde su formación, desarrollo y terminación en el contexto
emprendedor, con especial atención sobre la forma en que interactúa con los seres humanos.
Se pretende, a través de este análisis, profundizar en los distintos
roles que adopta la empresa como institución capaz de generar “fronteras de interacción”
y marcaciones que la diferencia
de otras empresas o instituciones que, paralelamente, la incluyen dentro
del sistema social,
en este caso; este
sistema está conformado por la totalidad
de sus disciplinas integrantes como la economía, la sociología, política, antropología, ecología, derecho y administración.
Se propone repensar
la empresa desde sus mismos inicios
como ente, mejor aún, desde que se inicia, a pensar en la empresa, analizándola en su acto de creación
y en su puesta en práctica;
un ejercicio que desde el punto de vista biológico sería visto como la endogénesis y la ontogénesis empresarial.
Esencia o espíritu
Sin pretender perdemos
en cosas inmateriales, analizando el espíritu, se encuentra que este cuenta
con definiciones claras, y puede
ser identificado con precisión
en la más compleja variedad de hechos y cosas.
De acuerdo con el Diccionario de la
Lengua Española (Real Academia Española 2005) espíritu (del latin. spirÄtu) es:
- Serinmaterial y dotado de razón.
- Almaracional.
- Donsobrenaturaly
gracia particular que Dios suele dar a algunas criaturas. Espíritu de profecía.
- Principiogenerador,carácteríntimo,esenciao sustancia
de algo. El espíritu de una ley, de una corporación, de un siglo, de la literatura de una época.
- Vigor natural
y virtud que alimenta
y fortifica el cuerpo para obrar. Los espíritus vitales.
- Ánimo,valor,aliento, brío, esfuerzo.
- Vivacidad, ingenio.
- Diablo(el ángel rebelado).
- Vapor sutilísimo que exhalan el vino y los licores.
- Parteo porción
más pura y sutil que se extrae de algunos cuerpos sólidos y fluidos
por medio de operaciones químicas.
- Signo ortográfico con que en la lengua griega se indica la aspiración o falta de ella.
Pues bien, no se hace referencia
a aspectos de índole “religiosa’ como al diablo
(el ángel rebelado),
ni al signo ortográfico de la lengua
griega; sino al ser inmaterial y dotado de razón; el alma racional que todo creador
suele dar a algunas
criaturas; pero sobre todo a ese principio
generador, carácter
íntimo, esencia o sustancia
de algo; el vigor natural y virtud que alimenta y fortifica el cuerpo para obrar; ánimo, valor, aliento,
brío, esfuerzo; vivacidad, ingenio.
En este ejercicio se
busca superar la comprensión clásica y la moderna de lo que se entiende por ese espíritu y valorizar la contemporánea:
La
concepción clásica entiende
el espíritu como un principio sustancial, al lado de otro principio material,
el cuerpo, con lo que se entiende que el espíritu sería la parte inmortal,
inteligente, con capacidad de trascendencia que convive un determinado tiempo con la otra parte, mortal, opaca y pesada,
que se deja atrás con la muerte, por lo que cuentan con destinos
diferentes: el espíritu para el más allá, la eternidad, y el cuerpo para el más
acá, el polvo cósmico. Esta visión dualista no explica la experiencia de unidad aunque sea “momentánea” de ambas partes, reduciendo el entendido a la suma matemática de partes, distanciándose de cualquier entendimiento de complejidad.
La
concepción moderna entiende
el espíritu no como sustancia, sino como el modo de ser propio del ser; este modo de ser cuenta en su esencia con la libertad
y continúa su evolución
al superar el espíritu como algo exclusivo del ser humano que puede coexistir con los procesos
evolutivos incluso cosmológico. Es la expresión
más alta de la vida, sustentada a su vez por el resto del universo.
La concepción contemporánea, fruto de la
nueva cosmología, ratifica que el espíritu
antes de estar en nosotros está en el cosmos, pero sobre todo, se evidencia en la capacidad
de interrelación que todas las cosas guardan
entre sí, que al elevarse exponencialmente a la complejidad, genera interrelaciones mayores; cuando los dos primeros
topquarks comenzaron a relacionarse y a formar un campo
relacional, allí estaba naciendo
el espíritu. El universo está lleno de espíritu
porque es reactivo, panrelacional y autoorganizativo, en forma tal que todos los seres participan
del espíritu en diversos grados, así por ejemplo, la diferencia entre el espíritu
de la montaña y el del ser humano
no es de principio sino de grado. El principio
funciona en ambos, pero de forma diferente.
Esta
concepción contemporánea, evidencia la capacidad de interrelación de todas las cosas participando de ellas incluso
la empresa, y es en ella en la que vamos a concentrarnos.
Por su
parte, de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española (Real Academia
Española 2005) esencia,
del latín essentÄa, y este calco
del griego οὐσία,
significa:
- f. Aquello que constituye la naturaleza de las
cosas, lo permanente e invariable de ellas.
- f. Lo más importante y característico de una cosa.
- f. Extracto
líquido concentrado de una sustancia
generalmente aromática.
- f. Perfume líquido con gran concentración de la sustancia
o sustancias aromáticas.
- f. Quím. Cada una de las sustancias líquidas, formadas por mezclas de
hidrocarburos, que se asemejan mucho por sus caracteres físicos a las grasas, pero se distinguen de estas por ser muy volátiles; suelen tener un olor penetrante y son extraídas
de plantas de muy diversas familias, principalmente Labiadas, Rutáceas,
Umbelíferas y Abietáceas. quinta
~. Quinto elemento que consideraba la filosofía antigua
en la composición del universo,
especie de éter sutil y purísimo,
cuyo movimiento propio
era el circular y del cual estaban formados los cuerpos celestes.
- f. Entre los alquimistas, principio fundamental de la composición de los cuerpos,
por cuyo medio esperaban
operar la transmutación de los metales.
- f. Lo más puro, fino y acendrado
de una cosa.
- ser de ~ algo.
- loc. verb.
Ser preciso, indispensable.
- loc. verb. Ser condición inseparable de
algo.
Objeto de nuestro
estudio es aquello
que constituye la naturaleza de las cosas, lo permanente e invariable de ellas; lo más importante y característico de una cosa; lo más puro, fino y acendrado de una cosa; pero sobre todo, la esencia como ser de ~ algo; esto es, en cuanto a ser preciso, indispensable, el ser condición inseparable de algo.
Acercamiento fenomenológico a la esencia
de la empresa
No se puede aplicar
el método fenomenológico a la empresa, sin antes atender a la validez de tal ejercicio: si el presente escrito
pretende auscultar en la esencia de la empresa mediante
un instrumento, la fenomenología y su aplicabilidad a la empresa
en lo que se podría denominar, una eventual fenomenología empresarial, debemos atender primero al objeto de estudio de esta, si es posible
por medio de ella, encontrar una posible esencia empresarial, y de ser posible, cómo determinarla, y a qué podría llegar
a dar lugar; esto es, determinar la utilidad práctica
de tal esencia.
El método fenomenológico de Husserl
y su
validez en la aplicación a la empresa
La fenomenología como actitud y
también método para conocer
la realidad de una manera objetiva, no permite quedarse
en una mera explicación de los hechos (positivismo), sino que accede hasta adentrarse en su propio núcleo constituyente: la esencia
de las cosas; por tanto, la fenomenología es la ciencia
que estudia la relación que hay entre los hechos (entendidos como fenómenos) y el ámbito
en que se hace presente esta realidad (psiquismo, la conciencia).
Su metodología busca concretar la sensación, la percepción, la ilusión, la emoción, la intersubjetividad, la sensibilidad a flor de piel, el ver el rostro de las cosas y determinar cómo son percibidas, desde tres reducciones propuestas por Husserl:
Reducción filosófica. Refiere a una abstención, esto es no discutir
teorías sino atenerse exclusivamente
a lo dado a la conciencia, el fenómeno mismo.
Reducción eidética. Suspende todo lo que
pudiera ser individual y contingente en el fenómeno mostrado ya sea por intuición empírica
o por las imágenes de
la fantasía para quedarse únicamente con la esencia
del fenómeno, purificándolo para que la esencia
pueda ser intuida.
Reducción trascendental. Enajena la actitud natural formada por un conjunto
de creencias necesarias para la vida cotidiana, y descarta:
1. La existencia del mundo que lo rodea.
2. La existencia del investigador, sus actos psíquicos e intereses.
De esta forma, como residuo fenomenológico, quedará la conciencia
pura, el elemento más constitutivo del espíritu de la empresa,
su espíritu, sus vivencias puras y los contenidos de estas.
La reducción fenomenológica es
considerada por
Husserl (2002) el método de acceso al trabajo de la nueva ciencia,
porque si se quiere filosofar
resulta necesario abandonar el ámbito en que nos sitúa la actitud
natural y situarnos en otro ámbito, el de la “conciencia pura”.
Es en este ámbito trascendental en donde el filósofo se sitúa como un espectador desinteresado de la vida de la conciencia.
Esa
falta de intereses, permite un trabajo
más objetivo de entendimiento del ente de estudio, en el que los conocimientos previos
del pensador no influyen y la realidad,
en cambio, fluye, permitiendo
obtener la mejor conciencia posible sobre la esencia empresarial. Una vez, el pensador cuenta con esta esencia interiorizada, puede acudirse a atender lo que rodea el objeto de estudio
y responder a ello, en forma tal que le comporte beneficios o problemas.
Fenomenología empresarial. Ahora bien, la fenomenología como método permite conocer la realidad de la empresa
de una manera objetiva, adentrando
en su propio núcleo
constituyente: la esencia
de la empresa, estudiando la relación que hay entre
las actuaciones que realiza (entendidas como
fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad
(la conciencia).
Para
concretar la sensación, la percepción, la ilusión, la emoción, la intersubjetividad, la sensibilidad, ver el rostro de la empresa
y determinar cómo son percibidas, se hará uso de las tres reducciones propuestas por Husserl:
Reducción filosófica. La conciencia a
la empresa le viene dada por los primeros
en pensar en ella, sus fundadores; sin embargo, viene
a ser aplicada por los socios y trabajadores de la empresa, y se evidencia en su forma de interactuar con cada uno de ellos y como estos actúan entre si en torno a ella.
Reducción eidética. Por medio de esta, se suspende todo lo que pudiera ser individual y contingente en la empresa; por medio de intuición
se busca quedar únicamente
con la esencia de la empresa, purificando el fenómeno de la esencia de cada uno de los individuos que interactúan con ella.
Reducción trascendental. Finalmente se logrará enajenar la actitud
natural de la empresa, constituida por el conjunto de creencias necesarias para su vida cotidiana.
De esta forma, como residuo fenomenológico, alejados
del investigador y de todo aquello que la rodea y que le exprime
interacciones que nos alejarían de su núcleo esencial, quedará la conciencia
pura, el elemento más constitutivo del espíritu de la empresa,
su espíritu, sus vivencias puras y los contenidos de estas.
Distanciamiento del objeto
de estudio con las ciencias de la complejidad
Se reconoce, que la empresa
no es un ente independiente y ajeno al mundo que la rodea, pero más que atender
a la forma en que interactúa con distintas entidades y con las diferentes medidas que el director o gerente podrá tomar, bien sea para contrarrestarlos o bien, para aprovecharlos, según sea el caso,
pues las actuaciones como tal, darían
luces, apenas pequeñas
visiones de lo que constituye su esencia,
mientras distraen bombardeados por gran cantidad de información fruto de otras esencias.
Así por
ejemplo, la
empresa, a través de las personas
que la conforman, se relaciona con otras personas por fuera de ella misma, que le complementan y la facilitan
el desarrollo de sus metas y objetivos, pero para nuestro
objetivo, la enriquecen
en inter-relaciones; es el caso de los proveedores, quienes
le suministran las materias primas y servicios, y el de los intermediarios que enlazan a los productores con los consumidores finales. La esencia de la empresa en inter-relación con los intermediarios, se ve reflejada en las distintas etapas de correspondencia, contratación, ejecución y terminación de la relación, al alcanzar a los clientes, pasando por la inter-relación con los vecinos,
el gobierno, los más distantes y la inter-relación con el medio ambiente.
A cada uno de los escenarios la empresa ofrece una respuesta,
sujeta a su núcleo más esencial y que se filtra
y mezcla con otras esencias,
en busca de la forma adecuada
para poder llegar a formular soluciones o métodos que le
permitan aprovechar los beneficios que recibe.
Hoy, es
casi imposible considerar un
elemento que se encuentre en el
mundo y no esté en relación con él, explicado como un tejido de hilos invisibles
que, para bien o para mal, sentencian
a cada cosa a contar con otra, con otras, con todo; visión
propia de la concepción contemporánea de inter-relación que todas las cosas guardan entre sí. Lo mismo sucede con la empresa, es difícil pensar en ella si no está en relación con el mundo; sin embargo, para ello, contamos
con las reducciones propias de la fenomenología, con las que antes que tener una comprensión parcial o transitoria de ella, nos encontramos es con su esencia.
Y
es que la interacción entre las empresas
y su entorno, experimenta cambios en su formación de red,
mediante la auto-renovación a través
de bucles continuos.
También se pueden dar alteraciones
que producen bifurcaciones en la red, permitiendo el acoplamiento al entorno de manera
estructural; admitiendo cambios, sin especificarlos o dirigirlos, sin tener control alguno de ellos; cambios que son una respuesta
al proceso de adaptación y aprendizaje, constituyendo una característica clave del comportamiento de las empresas. Comportamiento que
implica la consciencia de sí mismo, de sus valores, creencias, objetivos y estrategias.
Punto en el que se observa
la interrelación entre algo tan filosófico como el método fenomenológico
de Husserl y los estudios complejos. Sin embargo, la complejidad tiene en cuenta los componentes, las conexiones, relaciones e interacciones; componentes de la realidad, comprendiendo todo lo que el hombre,
los seres, empresas, sistemas y fenómenos vivos son y hacen, su creación,
las acciones que desarrollan en relación con los demás seres, sistemas y fenómenos y su muerte.
La empresa como organización es el producto
de la interacción con elementos propios del mundo, interacciones en las que varían los comportamientos de quienes participan en ellas, porque
en sus encuentros se pueden
dar afinidades, contradicciones, dominaciones, uniones, comunicaciones, entre otros, justificando que la dinámica
empresarial se convierta en algo flexible
y abierto a las más diversas variables. Las ciencias de la complejidad, en este sentido no admitirán la insuficiencia y la imprecisión (Morin,
1981). Todas esas interacciones constituirían
un objeto de estudio totalmente distinto, la rigurosa aplicación del método fenomenológico de Husserl,
basado en reducciones, nos aleja de tal objeto,
pues su visión fragmentada y distanciada de elementos
de la realidad distintos a la esencia de las cosas.
Distanciamiento del objeto de estudio con sus miembros. Constantemente encontramos la administración de empresas orientada
hacia un ejercicio
constante de análisis de situaciones y resolución de las mismas. Ambos dirigidos a cualquier tipo de situaciones que se pueda presentar al interior de las empresas, pasando desde elemento internos
como la producción y personal, a los más externos como el sectorial y de mercados.
A
ambos análisis y a las diferentes técnicas
de resolución de los problemas, los individuos que los aplican, les introducen sea conscientemente o inconscientemente los elementos propios de su personalidad… en la mayoría de ocasiones
tratando de resolver
la cosas como mejor convenga
a la empresa y a los individuos que hacen parte o se relacionan con ella.
Pero las empresas,
si bien son creadas y reciben tanto vida y muerte de la gestión constante de los seres humanos,
cuentan con una esencia propia, que indica cómo se deben hacer los análisis
e incluso cómo se deben resolver las diferentes situaciones
que se presentan a su interior y a su alrededor.
Sin embargo, este espíritu en muchas
ocasiones no es atendido por los individuos, que en tantas ocasiones lo ven reducido
a una misión y visión paquidérmicas y ante la que en la mayor parte de ocasiones se impone la misión y visión personales.
Estas razones nos empujan hacia
la necesidad
de reflexionar sobre el espíritu propio de la empresa, que si bien, impregnado del espíritu de los individuos que la rodean, es un espíritu diferente
y único, libre y propio.
Estructuración organizacional
El
ambiente económico al que se someten los hombres, exige agruparse por medio de organizaciones, donde aquellas
que se encuentran más dirigidas a un ánimo económico, se hallan más cómodas en la organización empresarial. Ahora bien, el ambiente económico al que se someten las empresas y que en muchos casos determina su éxito
o fracaso a partir de su capacidad de responder al mismo y el creciente número de empresas que desaparecen cotidianamente, pone al descubierto la íntima falta de equivalencia entre lo que entiende
la empresa y la respuesta que ofrece
a su ambiente.
Este
descubrimiento significa que la fuerza impulsora de la empresa
en su entorno, no ha sido entendida a cabalidad y por tanto,
se resiste a la cultura económica que la rodea; la empresa, siguiendo
a su poco entendimiento, se sumerge, en términos
como competitividad, mejoramiento continuo, responsabilidad social empresarial, el seguimiento de normas jurídicas y políticas, sin realmente entenderse a si misma. La empresa no se puede contentar
con vivir así, ella va mucho más allá y son los hombres,
de poca visión, los reductores de sus límites,
sometiéndolas a un juego
en el que pueden perecer.
Para demostrar tal afirmación basta con observar las
empresas en su entorno;
así, y sólo a forma de ejemplo,
encontramos empresas que para hablar de su espíritu se refieren al espíritu de sus
trabajadores, sea de forma individual o grupal, apoyándoles en su formación y crecimiento, con viajes, retiros
grupales y demás
actividades que generen
cualidades como trabajo
en equipo, colaboración, amistad, etc.
Pero, un estudio
fenomenológico, no permite
reducir la contemplación del espíritu de la empresa a estos ejercicios; algo que, sin duda, arrastraría a este estudio a perder su propia esencia; pues como veremos,
tal tipo de acciones son el resultado del desarrollo propio del espíritu de la empresa; por tanto, constituye una definición
que no encuentra satisfacción en el mundo espiritual, sino físico de la empresa.
Sin embargo, se debe rescatar que vincular el espíritu de la empresa con el espíritu de sus trabajadores, se debe al éxito progresivo comprobado a la hora de traer a la realidad empresarial valores auténticos y cada vez más altos de la misma organización.
Ahora bien, constituye tal vinculación, una confusión organizacional, en la que ser un miembro digno de una colectividad humana
(empresa), trabajar junto
con otros a favor de ella mediante un ejercicio
de cultura organizacional dirigido a contribuir a sus más sublimes valores,
constituye lo que Husserl conoce como la dicha de la práctica
de la virtud, “…he aquí la dicha de quienes practican
la virtud, la dicha que los eleva por sobre
sus preocupaciones y desgracias
individuales” (Husserl, 2002). Una práctica de la virtud que es general,
que aplica a la totalidad de los aspectos
de la vida humana, no sólo en su relación
con la empresa y con los demás seres humanos, sino también para la vida familiar, la vida en sociedad,
el aspecto físico (la salud), el aspecto espiritual de cada ser humano,
etc. Es pues, una praxis
aplicable por todo ser humano, en todos los aspectos
de su vida.
Empresa ¿espíritu o esencia?
Pretender y afirmar que la empresa cuenta con un espíritu, constituiría un objetivo
que va más allá del presente escrito; pues el mismo, se encuentra delimitado
por afirmar que la empresa cuenta con una esencia, que le es propia. Un pensamiento que se equipara
metafóricamente con la afirmación de Capra (2003) de que las organizaciones “expresan
vida” y con Varela
et al. (1974) en “Transformación en la convivencia”, dónde se hace referencia a la propiedad de los sistemas de producirse a sí
mismos como la autopoiesis, algo que define el acoplamiento de un sistema a su entorno…
entendiendo la esencia
de la empresa como la percepción y la forma en que da respuesta
a su entorno.
Reforzando la idea de Noguera (2005) cuando afirma que la fenomenología influye en una transformación del concepto de naturaleza. “El circulo éranos, así como el pensamiento de Frijiof Capra, Francisco Varela y Humberto
Maturana, tiene sus orígenes
en la fenomenología…”. Así lo evidencia
Varela (2000) cuando reconoce
que la fenomenología no es creación de la razón
sino la comprensión que hace el filósofo de la manera cómo es el fluir de la vida.
Es el
espíritu individual en el
marco de
un espíritu aún más grande, el espíritu de una colectividad donde la esencia
puede observarse como algo independiente de las esencias individuales e incluso de la sumatoria de tales esencias. Se debe
advertir, sin embargo, que la esencia de la empresa, como colectividad humana, no sólo está relacionada con los seres humanos, sino que lo está a tal punto que llega a ser influido y
determinado por sus esencias individualmente consideradas.
Y
es que la empresa no comprende, no perciba y funda
ontológicamente su realidad, no atiende a su propia realidad en el mundo, como ser racional autónomo, sino que se sirve de la experiencia corporal y espiritual del hombre, capaz de posteriores
elaboraciones racionales o discursivas que lo dotan
de su propia realidad
en el mundo, lo fortifica,
le da ánimo, valor, aliento, brío, vivacidad e ingenio para obrar.
La
fundación ontológica de la realidad
de la empresa le es suministrada por los seres humanos que la rodean
y le impregnan su propio esencia, elevándola a un estado en el que expresa
espíritu, no siendo este otro distinto
a su esencia.
La esencia de la empresa
La empresa adopta
el concepto de ser una colectividad que se ramifica en múltiples direcciones y
que atraviesa las demás colectividades particulares: familia,
pueblo, estado, etc, y al entender que la esencia
de la empresa se encuentra
en constante inter-relación con los seres humanos y el universo, será en el análisis
de las inter-relaciones más internas donde se encontrará sus componentes, actos y motivaciones intersubjetivas, objeto
de este estudio, porque en ellos se expresa con mayor
claridad la esencia
de cada empresa.
Inter-relación con los fundadores. Sin duda son los fundadores
de la empresa, los primeros
en encontrarse con ella, en pensarla, en decidir y en interactuar con ella. En este proceso, le imprimen su firma, le definen los primeros principios con los cuales se basará el futuro devenir de la misma. Son estos quienes
se sientan a hacer la racionalización de los posibles hechos espirituales que se puedan
presentar sobre un fundamento científico esto es, despliegan una disciplina apriórica previa a la existencia misma de la empresa e incluso,
una vez existe, se antepone la razón a hechos posibles
-venideros o no- cuyos resultados harán versar sobre las normas de dirección de la empresa y que dotarán de racionalidad su praxis diaria, al atender las leyes normativas aprióricas
reconocidas por la empresa.
La fuerza impulsora de
la empresa en su
entorno, aquella que
le permite entender de
un modo particular su entorno, y
de una forma aún más única y propia,
dar respuesta a ese entorno,
la concebimos como su esencia…
esta dictará si se adecúa
o si se resiste a la cultura económica
que la rodea.
La esencia que sea imprenta
en la organización desde sus comienzos, será asumida con propiedad y condicionará toda esencia que se relacione con ella y llegue
con posterioridad a hacer parte de la esencia de la misma organización, toda vez que con base a ella será observada,
asumida e implantada, constituyéndose en la esencia
originaria; esencia que al estilo
Husserl constituye la esencia objeto de este estudio. Sin embargo, otras esencias que no se constituyen en el objeto de este estudio,
pero que deben al menos ser mencionadas en aras de claridad conceptual, son:
Inter-relación con los socios. No siempre son los mismos fundadores, si
bien, pueden coincidir en diferentes lugares
en el tiempo, por ejemplo, es común encontrar a los fundadores dentro de los socios
de la empresa; sin embargo,
hacemos referencia
a aquellas personas
que, teniendo participación en la propiedad
de la empresa y dependiendo del tipo empresarial, se reservan la capacidad de decisión y administración
de la misma.
Inter-relación con los trabajadores.
Pueden hacer parte de la
nómina de
trabajadores o contratistas de la empresa fundadores y hasta socios,
como usualmente sucede cuando se reservan la facultad administrativa de la misma
y se complementa con todas aquellas personas
que entran a prestar sus servicios a favor
de la empresa desarrollando una actividad
específica, con el fin de alcanzar
un objetivo y quienes interactúan con esta y le imprimen su espíritu
algo que se ve reflejado en su forma de relacionarse con las demás personas. Es por medio de estas personas que la empresa obtiene la consecución final de sus productos logrando incluso, imprimir la esencia de la empresa y de estas personas
en los mismos.
Tipologías de esencia empresarial
Si diferenciamos las empresas según su
clasificación legal,
la diferencia comercial o productiva, de fines u objetivos, etc., podremos evidenciar la más variada tipología de esencias, tanto más ricas dadas las diferenciaciones ulteriores que alberga: la idea de “colectividades”, a las que pertenecer. Sin embargo, ante la extensión
de este aparte y el objeto específico de este artículo,
desarrollaremos este título
en un documento aparte.
Dimensiones básicas de la
esencia de
la empresa.
En cuanto a
la esencia de la empresa, debemos resaltar dos dimensiones básicas:
Primero, la
dimensión espacial, un lugar determinado
en el que se encuentra
esa esencia de la empresa y donde se puede identificar, analizar, estudiar y forjar
ese espíritu. Ese espacio, está determinado por los lugares de interrelación directa de la empresa, esto es, dónde la encontramos actuando en forma directa,
con todos aquellos seres humanos,
relacionados con la empresa, por medio de los cuales da vida a su esencia, pues es en esa interacción, donde se logra identificar claramente
el espíritu de la empresa.
Además de los lugares
‘mentales’ están los lugares físicos como las oficinas,
la planta, etc., dónde se tiene
que interactúan, fundadores, socios, trabajadores y
se relaciona con personas como
vecinos y transeúntes, (con los cuales
se tiene una relación básica, y de mera percepción), sino también
con el medio ambiente
natural, de ubicación urbanística (campo-ciudad), y de donación
a los demás seres vivos (bibliotecas, educación, etc.). Segundo,
la dimensión temporal,
pues el espíritu de una empresa, no siempre es el mismo, va cambiando, evolucionando junto
con su entorno y las condiciones que enmarcan la empresa. Esta dimensión está determinada por la juventud
o madurez de la empresa; esto es, por el desarrollo en los procesos
que ha logrado desenvolver en el tiempo.
Una vez se posee el resultado de las tres reducciones
fenomenológicas, se incorporan en estas dos dimensiones de la empresa,
donde se puede observar que al igual que todo ser humano, se encuentra
enmarcada de manera constante “en el juego azaroso entre fuerzas creadoras
y destructoras de valores”. Juego que se enmarca en un espacio y un tiempo
específicos, a los cuales
responderá la empresa con su esencia.
Y responderá porque
debe hacerlo, no existe forma en que pueda escapar de tal juego, pues al igual que la metáfora utilizada
por Husserl (2002), no puede constituir este juego un fatum que pasa sobre ella, sin obtener respuesta, pues el fatum
sólo existe si es que pudiéndose contemplar pasivamente así lo contempla. Sin embargo, como afirma Husserl: “Pero ni siquiera quienes lo pregonan pueden así hacer” (2002).
Aun negándose, no puede dejar de estar conectado y de conectarse. Esta comprensión nos hace conscientes del vínculo que liga y religa todas las cosas. En esta acepción, esa esencia empresarial es toda actitud
y actividad que favorece la relación, la vida,
la comunión, la subjetividad y la trascendencia rumbo a la consecución de los fines y objetivos empresariales.
Al
igual que los seres humanos,
las empresas conformadas
por sujetos de voluntad libre, que intervienen activamente en el mundo que los rodea (incluso
intervenir pasivamente es una intervención en ese mundo),
y que constantemente le contribuyen a configurarse, mediante la generación de respuestas apropiadas a cada acontecimiento. La empresa, al igual que el ser humano, responderá y planteará
dilemas sin ningún reparo, teniendo
como única observación su esencia y la exigencia ética absoluta de actitud competitiva-cooperativa de la organización en pos del crecimiento y la perdurabilidad.
A
la empresa no le es dado conformarse; la empresa, como creación y desarrollo del hombre, puede y debe ser reformada por la razón o su ausencia,
y por la voluntad de este. Transformación de pensamientos en metas que se persiguen y análisis sobre la viabilidad de los métodos llamados a hacerlas realidad,
de suerte que la forma en que se piensa la empresa sirva de fundamento
para su propia justificación, llegando
a que por obra de aplicación de ideas específicas, se transformen las circunstancias del juego y el juego mismo; lo que Husserl (2002) denomina un proceso
de la renovación, que busca
librar tanto a seres humanos
como a la empresa del estadio primitivo de las representaciones y acciones instintivas, confusamente aplicadas. Pero este aspecto matemático-natural no es suficiente, ante la gran variedad
de hechos y de interacciones en que participa, los sujetos y
las empresas instituyen
(mediata o inmediatamente) una forma enteramente
nueva de enlazar
las realidades, a saber: la forma de la colectividad, que se unifica espiritualmente por medio de momentos íntimos,
por medio de actos y de motivaciones intersubjetivos que coinciden con la explicación vista para aquellos
que entienden la unión entre los
trabajadores y su ánimo como el espíritu de la empresa.
Valores y antivalores
Para atender a
lo que es la esencia de esa esencia, se debe atender a lo que no lo es, también;
es allí donde
encontramos que la forma de expresión de esa esencia,
valores y antivalores, sustancia de dicha esencia:
Los valores son
aquellos principios ideológicos o morales
por los que se rige y orienta la empresa, en función
de realizar u obtener sus fines. Por los segundos,
antivalores, se entiende aquellos principios ideológicos o morales
que pueden ser considerados peligrosos o dañinos
para la realización de la empresa.
Ambos se constituyen en creencias
fundamentales de la empresa que ayudan a preferir,
apreciar y elegir
unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro, permitiendo, incluso una clasificación de los valores
y antivalores como anhelados y no anhelados para una organización ética
de la vida productiva, en que los individuos producen
no unos junto a otros, ni unos contra otros,
sino en el marco ofrecido por las distintas
formas de una comunidad de voluntades.
De la aplicación de lo observado
La
fenomenología de la empresa, permite
determinar la esencia de la vida empresarial, su contenido más
preciado; es
así como la fenomenología de la empresa, si bien llena de filosofía
y teoría se concreta en la administración de empresas.
La empresa, desde el
entendido propio de su
esencia,
se compone de dirección y gerencia; en la primera se encuentran la estrategia y el gobierno, y en la segunda, el mejoramiento y la productividad; cada uno
de esos elementos, tan esenciales como notables, pueden ser observados en la esencia
de una empresa; si emplea o no estrategias, y si al eventualmente ejecutarlas lo hace de forma adecuada,
y si gobierna basada
en determinados valores o antivalores, incluso si sus procesos
se encuentran estancados o en sistemas de mejoramiento, y si mejorara o empeorara la productividad. Normalmente todas las estrategias de mejoramiento se encuentran formuladas desde un método positivista, en un afán de dar respuesta inmediata e incluso improvisada a los problemas
con lo que se tiene a la mano, una respuesta sistemática y se han descuidado
otro tipo de métodos
como el fenomenológico, con el que una vez se conoce la enfermedad formula la respuesta más adecuada de la empresa.
Las
empresas, tiene su propia fenomenología, una esencia que una vez se identifica, explica por qué razón la empresa funciona como funciona,
qué la aqueja y cuál es la forma más adecuada de responder a los problemas, etc.
Cuando una empresa recurre a una agencia de diseño o a un diseñador
estructural busca un ajuste de su funcionamiento. Se ha percatado de los cambios en las formas
de producir, de los mercados y requiere
adaptarse a estos.
Pues bien, para rediseñar
estructuralmente esta empresa, se requiere observar
cómo se ve la empresa a si misma, y cómo ve su entorno,
desarrollar claramente sus puntos fuertes y débiles, sumada
a la identificación de sus clientes y de hacia dónde
debería ir el negociolas consideraciones habituales del mercado- pero además el diseñador
debe ir más
allá captando la esencia de la organización y de quienes la componen. Esto se desarrolla involucrándose al máximo en los intereses tanto tangibles como intangibles de la empresa
(ambos constitutivos de esa esencia
de la empresa); es decir, desde qué esperan de los procesos de producción, de las interacciones internas,
hasta lo que esperan en utilidades.
El
diseño estructural de la empresa,
al igual que los recursos
humanos, alinean los departamentos de la empresa,
para ayudar a crear un cuerpo
para esa esencia, facilitando la función de comunicación, la mayor
eficiencia, transparencia, calidad, rendimiento, y su adecuada
comunicación con la esencia misma de la empresa. Una idea que se pueda visualizar en forma tal que la esencia da lugar a la estructura empresarial y esta a
su
vez expresa esa esencia.
Es
un ejercicio de proactividad, actualización, comunicación eficiente y motivación, donde lo
importante es identificar lo que es la empresa,
lo que pretende y lo que ofrece para reducir
el margen de frustración de los consumidores. Sólo una vez que se sabe lo que es la empresa,
se puede dar a conocer la empresa como es, como quiere ser y como quiere ser vista.
Conclusiones
- Se propone un enfoque y estudio distinto de las empresas
y las circunstancias que las rodean, y es que las empresas
son precedidas de relaciones humanas y sociales y una vez constituidas, conviven con ellas.
- Cada empresa tiene su propia historia,
su propio desarrollo y evolución, su propia forma de gobierno
e idiosincrasia, incluso
su propia esencia desde la cual juzgar valores
y antivalores, la bondad o la maldad, la legalidad y la ilegalidad.
- Las empresas
como sistemas vivos (sistemas complejos) continuamente revisan
y reordenan sus
procesos, su
proceder y sus estrategias operacionales, como respuesta al azar, indeterminaciones, incertidumbre y fenómenos aleatorios. Los sistemas y fenómenos
que interactúan en la organización continuamente se deshacen y rehacen, atendiendo a las crisis y siendo fiel a su esencia.
- Las empresas, lo mismo que los demás cuerpos, están
gobernadas por su propia esencia, el hombre con sus libertades e inteligencia puede escapar a esta e impregnarle la suya, puede incluso llegar a imponer la suya… al actuar la empresa
a través de hombres, se enriquece, pero a la vez se encuentra
limitada, sujeta a las limitantes de esos hombres.
El hombre, siente fuerza,
debilidad, coraje, necesidades, etc., y al reunirse
bajo un manto, por ejemplo, el de la empresa,
no sólo se suman las fuerzas particulares, las voluntades, en ejercicios de colaboración, de imposición, de competencia, etc., sino, también
se suman las debilidades y limitaciones de esos hombres.
- Una vez que las personas
comienzan a actuar en nombre de la empresa
y alrededor de la empresa el propio individuo pone sus límites sobre la empresa,
como si fueran socios en la aventura, empujan
hacia adelante sus propios
límites, ampliando las fronteras económicas y la calidad
de vida de las personas
a su alrededor. Es la esencia
de la empresa el verdadero factor motriz del crecimiento; es el que cristaliza los sueños y la visión del fundador en resultados concretos.
- Sin embargo,
la empresa crece, adquiere ma- yor complejidad, el número de funcionarios aumenta. El fundador se enfrenta
a la necesidad de crear mecanismos de control gerencial, los cuales, en nombre de la “competencia gerencial”
acaban por burocratizar la organización y con esto,
en muchas ocasiones, se acaba matando
la esencia emprendedora con que nació.
Es en ese preciso instante en el que el dirigente
se ve ante el dilema de enfrentar la crisis de crecimiento que, muy a menudo termina aniquilando la organización.
- Las empresas, al igual que los sistemas vivos continuamente revisan y reordenan sus procesos,
su proceder y sus estrategias operacionales,
como respuesta al azar, indeterminaciones, incertidumbre y fenómenos aleatorios. Los sistemas y fenómenos que interactúan en la organización, continuamente se deshacen y rehacen, atendiendo a su entorno.
- Las características y condiciones de la competencia
entre empresas, requiere
profesionalizarse para mejorar
la calidad de la gestión,
en un proceso evolutivo que renueva la esencia empresarial
constantemente.
- La esencia
de la empresa, puede considerarse desde el punto
de vista del estilo de gestión y de organización que posee, también
desde la imagen que tienen sus propios funcionarios, la competencia y el mercado tienen de ella; pudiendo ser cualquier pequeño detalle que hace que la empresa se diferencie
de las demás; sea por su obsesión
por los resultados o la responsabilidad social, la convicción en la capacidad y en la voluntad de sus funcionarios y equipos o su concepción
de legalidad o moralidad.
- Así por ejemplo,
al evidenciar la esencia de colaboración en una empresa, se tiene un sólido y permanente intercambio de ideas,
de experiencias, de conocimientos y de aprendizaje, tanto colectivo
como individual. Esencia de la empresa
que la convierte, en el instrumento para realizar
las metas y sueños propios de la empresa y los de sus integrantes. Para esto,
se enfoca en la práctica, en la satisfacción de los resultados buscados
tanto por la organización, como por clientes (consumidores/usuarios), accionistas, colaboradores y funcionarios, procurando
constantemente buscar soluciones
para sus necesidades tanto actuales como potenciales y la maximización del valor de la empresa.
- La esencia de la empresa es una fuerza que debe determinar la praxis de los seres humanos en su interior; algo que dé forma a su carácter
y por medio
de este a los seres humanos y sus grupos sociales.
- La esencia
de la empresa constituye el cimiento para la gestión empresarial.
Literatura citada
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